Hace unos cuantos años, cuando uno probaba Linux y decidía que había llegado hasta este sistema operativo para quedarse, se registraba orgulloso en Linux Counter con el objeto de dejar constancia del "incremento en uno" de la creciente comunidad de usuarios de la que intentabas formar parte. No lo tengo claro, pero quizás uno pensaba que cuando los linuxeros fueran legión, no estaría de más poder enseñar una prueba de que tú ya estabas allí cuando "todo era campo".

En estos días he recuperado mi vieja cuenta a raíz de un correo anunciando las novedades del nuevo Linux Counter —recuperarla fue más complejo de lo que esperaba porque tuve que volver a crear la cuenta de correo con la que me registré en su momento—. Por lo que parece, me animé el 25 de noviembre de 2001, un par de días después de cumplir años. Fue después del verano en el que terminé la universidad, así que es muy probable que lo hiciera como inicio de una nueva etapa repleta de nuevos retos. Entre ellos, moverme mejor en Linux. También fue el verano en el que pasé una experiencia fantástica conociendo en persona a muchos de los integrantes del Grupo de Usuarios de Linux de Canarias —el famoso GULIC—  en la FICIT 2001 —la primera de ella— que tuvo lugar en Gáldar.

Linux Counter nació en 1993 con el objeto de obtener estadísticas para medir la adopción de Linux. El proyecto original estaba alojado en counter.li.org, pero desde 2011 existe una nueva versión, programada y gestionada por Alexander Löhner, alojada en linuxcounter.net, a donde ahora redirige el dominio original. La idea es que los usuarios de Linux se registren ellos mismos —obteniendo así su número de usuario registrado—  y si lo desean, sus máquinas Linux. Para esto último el proyecto ofrece un script que puede ser iniciado automáticamente en el arranque para actualizar periódicamente la información relativa a nuestros equipos. Además, la nueva versión dispone de una aplicación en Google Play con la que podemos contabilizar también dispositivos Android.

Ahora, pensando, me surge la duda de si siguen teniendo sentido este tipo de iniciativas. No hablo de los más veteranos, para quienes me imagino que el tema ya nos interesa demasiado. Si no de los que se inician ahora en el mundo de Linux. ¿Tiene sentido promover entre ellos la participación en este tipo de proyectos? La verdad es que no lo sé, pero a mí me sigue "poniendo" ver que soy el número 247255 y que sigo teniendo dos sistemas en perfecto y completo funcionamiento 😉